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28 de marzo de 2013

Las Estatuas de la Libertad de París


Que uno de los principales símbolos de los Estados Unidos de América es más francés que la baguette no es algo que todo el mundo sepa.

Su origen se remonta a la segunda mitad del siglo XIX. Por aquel entonces Francia estaba muy interesada en ensalzar las alianzas con los EE.UU. , por lo que decidió construir un gran monumento para ellos. El objetivo era que la obra se inaugurara en 1876, conmemorando así el centenario de la declaración de independencia, pero claro, como por aquel entonces los franceses estaban muy atareados luchando contra los prusianos, regalando territorio a los alemanes y cambiando de sistemas de gobierno mientras que los yankees reconstruían un país machacado por la reciente guerra civil, la inauguración se tuvo que retrasar diez años.

El autor de La Libertad Iluminando al Mundo (su nombre original) es Auguste Bartholdi, un alsaciano que anteriormente ya había intentado construir un monumento similar en Egipto, teniendo como ambición en esta vida el emular una de las siete maravillas del mundo antiguo: el Coloso de Rodas. Sin embargo, la realización de semejante obra excedía el campo meramente escultórico por lo que nuestro amigo Bartholdi tuvo que acudir a personas más encaminadas hacia el mundo de la ingeniería y la arquitectura; de esta forma, y como no podía ser de otro modo, el encargado de los planos del edificio interior de la estatua no podía ser otro más que Viollet-le-Duc quien, desgraciadamente, por aquel entonces estaba en todas.

Con el proyecto ya comenzado fue necesaria la intervención de otro constructor por lo que se decidió contar con la colaboración de Gustav Eiffel. No me diréis que hay una ecuación más francesa que esta: además de ser los tres autores de origen francés uno de ellos es el creador del que ahora es el monumento más representativo de Francia mientras que el otro se encargó de “corregir” todos los edificios existentes hasta su nacimiento, con el objetivo de crear un “verdadero estilo francés”, que es lo que nosotros ahora vemos cuando contemplamos monumentos de la talla de Notre Dame.

Los trabajos comenzaron con tiempo para poder inaugurarse en 1876 pero, debido a los problemas que ya mencioné anteriormente, el 4 de julio de aquel año (centenario de la declaración de independencia) Nueva York se tuvo que conformar con contemplar la antorcha, que si que había sido terminada y se envió para el acto. De hecho, mucho antes de que los americanos pudieran apreciar el rostro de la estatua, los parisinos ya estaban hartos de ver aquella cabeza enorme en sus jardines, ya que durante 1898 estuvo expuesta en el Campo de Marte como parte de la Exposición Universal de dicho año.

La cabeza de la Estatua de la Libertad en París durante la Exposición Universal de 1898.  Foto: Wikipedia.


Finalmente, y no sin algunas peripecias más de por medio, La Libertad Iluminando al Mundo fue inaugurada en 1886 en una pequeña isla de Nueva York elegida expresamente por el artista y que, debido a la fama que adquirió la obra, acabó por ser rebautizada como la Isla de la Libertad.

Pero no con la colocación de la estatua en Estados Unidos acabó la relación de París con ella. En 1900, con motivo de la Exposición Universal de aquel año, Auguste Bartholdi regaló a la ciudad una réplica aproximadamente a escala humana de la figura. Ésta fue instalada en el Palacio de Luxemburgo, pasando a formar parte de la decoración de sus hermosos jardines seis años después. Se dice de ella que supone la primera prueba que hizo el escultor en bronce para realizar la gran figura. A mediados de 2012 y por motivos de conservación esta estatua fue trasladada al interior del Museo d'Orsay por lo que deduzco que lo que se puede contemplar ahora en los jardines de Luxemburgo es una copia.

Jardines de Luxemburgo.


Otra estatua de la libertad se alza en la Île des Cygnes, en el Sena. En este caso se trata de una figura de unos nueve metros que la colonia parisina de estadounidenses donó a la ciudad como agradecimiento por la que Francia había hecho para ellos en lo que me parece el mayor gesto de adulación entre países jamás contado. El autor es el mismo, por lo que supongo que Auguste Bartholdi vivió unos años de actividad muy fructífera gracias a un solo diseño.

La libertad y el Sena
Estatua de la île des Cignes.

La ubicación actual de esta estatua data de 1989 cuando se colocó en este lugar con motivo de la exposición universal de aquel año. Es decir, en 1989, si tú paseabas por París te encontrabas trozos de la Estatua de la Libertad allá donde fueras (porque aún no acabamos).

Quizás la que más valor tenga como modelo de la “original” es la que se encuentra en la actualidad en el interior del Musée des arts et Métiers de París ya que al parecer sí que es el primero de los modelos que se hizo de la figura. Y digo “en el interior” porque en la puerta del museo nos encontramos con un duplicado de la original que está dentro. En este museo también se encuentran maquetas que representan la construcción de la estatua en Nueva York.

Modelo para la Estatua de la Libertad de Nueva York.
Réplica del modelo del interior del museo.


Maqueta representando la construcción I


Maqueta representando la construcción II


Pero por si fuera poco, una réplica más de la antorcha se puede ver en el Pont de l'Alma. Esta obra es de 1987 y representa el agradecimiento de los estadounidenses a los franceses por su participación en la restauración de la “verdadera” estatua de la libertad. Actualmente este monumento es un lugar de culto para los seguidores de Lady Di ya que se encuentra sobre el túnel en el que falleció la princesa.

Antorcha del Pont de l'Alma.


Supongo que, como en todas las ciudades del mundo, existirán cientos de réplicas de la Estatua de la Libertad a modo de souvenirs en las casas de los habitantes de París. Sin embargo eso ya no es un tema que me toque tratar a mi, o no al menos hoy...

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